Los coronavirus son una familia de virus. En los humanos, el
coronavirus causa infecciones respiratorias que pueden ir desde una gripa común
hasta enfermedades más graves como neumonía, el Síndrome Respiratorio de
Oriente Medio (MERS) o el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS).
Se estima que este virus fue propagado en el mercado de
Wuhan, China, donde se comercializan animales salvajes. Se sabe que los
coronavirus saltan de los animales a los humanos, por lo que se cree que las
primeras personas infectadas lo contrajeron por contacto con animales. Sin embargo,
esto aún no está confirmado.
Síntomas
La
COVID-19 afecta de distintas maneras en función de cada persona. La mayoría de
las personas que se contagian presentan síntomas de intensidad leve o moderada,
y se recuperan sin necesidad de hospitalización
Los síntomas más habituales son los siguientes:
- Fiebre
- Tos seca
- Cansancio
Otros síntomas menos comunes son los siguientes:
- Molestias y dolores
- Dolor de garganta
- Diarrea
- Conjuntivitis
- Dolor de cabeza
- Pérdida del sentido del olfato o del gusto
- Erupciones cutáneas o pérdida del color en los dedos de las manos o de los pies
Los síntomas graves son los siguientes:
- Dificultad para respirar o sensación de falta de aire
- Dolor o presión en el pecho
- Incapacidad para hablar o moverse
Si presentas síntomas graves, busca atención médica
inmediata. Sin embargo, siempre debes llamar a tu doctor o centro de atención
sanitaria antes de presentarte en el lugar en cuestión.
Lo recomendable es que las personas que sufran síntomas
leves y tengan un buen estado de salud general se confinen en casa.
De media, las personas que se contagian empiezan a presentar
síntomas en un plazo de 5 a 6 días desde que se infectan, pero pueden tardar
hasta 14.
Para evitar la propagación de la COVID-19:
- Lávate las manos con frecuencia. Usa agua y jabón o un desinfectante de manos a base de alcohol.
- Mantén una distancia de seguridad con personas que tosan o estornuden.
- Utiliza mascarilla cuando no sea posible mantener el distanciamiento físico.
- No te toques los ojos, la nariz ni la boca.
- Cuando tosas o estornudes, cúbrete la nariz y la boca con el codo flexionado o con un pañuelo.
- Si no te encuentras bien, quédate en casa.
- En caso de que tengas fiebre, tos o dificultad para respirar, busca atención médica.
Llama por teléfono antes de acudir a cualquier proveedor de
servicios sanitarios para que te dirijan al centro médico adecuado. De esta
forma, te protegerás a ti y evitarás la propagación de virus y otras
infecciones.
Mascarillas
Las mascarillas pueden ayudar a prevenir que las personas
que las llevan propaguen el virus y lo contagien a otras personas. Sin embargo,
no protegen frente a la COVID-19 por sí solas, sino que deben combinarse con el
distanciamiento físico y la higiene de manos. Sigue las recomendaciones de los
organismos de salud pública de tu zona.
¿EL CORONAVIRUS AFECTA A OTRA ENFERMEDAD?
Las actitudes o los comportamientos de una persona pueden afectar negativamente a
cualquier trastorno (como la diabetes mellitus, las enfermedades cardíacas o las migrañas) o síntoma (como el dolor). Las actitudes y el comportamiento pueden empeorar un trastorno o un síntoma, dando lugar a una hospitalización o una visita a un servicio de urgencias. Por ejemplo, el estrés intenso puede debilitar temporalmente el corazón, o el estrés laboral crónico puede aumentar el riesgo de presión arterial alta (hipertensión). El riesgo de sufrimiento, muerte o discapacidad debida al trastorno puede aumentar.
Los factores que pueden empeorar una enfermedad son los
siguientes:
- Negar
la importancia o la gravedad de los síntomas
- Negar
la necesidad de tratamiento
- No
seguir el plan de tratamiento prescrito
- No
hacerse las pruebas recomendadas
La presencia de factores psicológicos que afectan a otras
enfermedades se diagnostica cuando un factor psicológico afecta claramente la
evolución de un trastorno.
El tratamiento consiste en:
- Informar
a la persona acerca de los efectos de los factores psicológicos o del
comportamiento
- Psicoterapia
¿Qué es la viruela?
Es posible que hayas oído hablar sobre la viruela y que
te hayas preguntado en qué consiste esta enfermedad o si tú o alguien que
conoces la podría contraer. A algunas personas les preocupa que el germen que
causa la viruela se pueda utilizar como arma. Aunque se trata de una idea
aterradora, no es algo que te deba preocupar, ya que el gobierno y la policía
están trabajando para protegernos.
Mientras tanto, es importante que no cunda el pánico
sobre esta enfermedad: las probabilidades de que tú o alguien de tu familia la
pueda llegar a contraer son muy bajas. Una de las formas de tranquilizarte es
aprender cosas sobre la viruela. Cuando sepas en qué consiste y cómo la puedes
contraer, dejará de darte tanto miedo.
Aquí tienes las respuestas a algunas de las preguntas que es posible que tengas sobre la viruela
¿En qué consiste?
- La viruela es una enfermedad muy grave provocada por el virus de la viruela. Recibe su nombre por las ampollas purulentas (llenas de pus) o pústulas que se forman durante la enfermedad. Aunque sus nombres se parecen bastante, la viruela no se debe confundir con la varicela, una enfermedad más leve que está provocada por un virus diferente.
Aunque hay gente que está preocupada por la posibilidad de que el virus de la viruela se utilice como un arma, sería algo muy difícil de conseguir para cualquier persona. En la actualidad, no existe ningún caso de viruela en EE.UU. De hecho, el último caso de viruela en EE.UU. se detectó en el año 1949 y el último caso conocido en todo el mundo data del 1977. De todos modos, se siguen conservando varias muestras del virus que causa la viruela en algunos laboratorios médicos.
¿Cómo se propaga?
- La viruela es una enfermedad contagiosa, es decir, el virus que la provoca se puede contagiar a otras personas. Se propaga a través de diminutas gotitas de la saliva de una persona infectada que se emiten al toser, hablar o estornudar. La viruela se suele contagiar cuando una persona infectada interactúa cara a cara con otra persona.
- Si alguien padece viruela, los médicos pueden identificar esta enfermedad al ver el tipo especial de erupción que provoca. Se trata de una erupción de ampollas llenas de líquido y con costra. Esto puede recordar a la erupción propia de la varicela, pero las ampollas de la viruela tienen un aspecto diferente a los granos propios de la varicela. Los demás síntomas de la varicela se parecen a los de muchas otras enfermedades importantes: fiebre, dolor de cabeza, dolor de espalda y cansancio.
- Hay una vacuna que se administra en forma de inyección que permite prevenir la infección provocada por el virus de la viruela. Hace años, la gente se vacunaba contra esta enfermedad, pero en la actualidad no se administra esta vacuna porque hace mucho tiempo que no se detectan casos de viruela.
Aunque ahora no te puedas vacunar contra la viruela (ni lo necesites), existen provisiones de estas vacunas por si hubiera algún brote de esta enfermedad. Los científicos están trabajando para disponer de más provisiones para el futuro.
¿Existe algún medicamento que se deba tomar para tratar la viruela?
No hay ningún comprimido que permita tratar la viruela, pero los científicos están investigando la posibilidad de desarrollar un medicamento para esta enfermedad. Si una persona contrajera el virus de la viruela, el hecho de ponerse la vacuna pocos días después de contraerlo permite reducir los síntomas de esta enfermedad.
Si todavía sigues asustado cuando oyes hablar sobre la
viruela, ten presente que es muy improbable que tú, tu familia o cualquiera que
conozcas entre en contacto con el virus que la provoca. Si hablas con tus
padres o con un profesor, seguro que te tranquilizas y que recibes respuestas a
cualquier otra pregunta que puedas tener.
No existe cura para la viruela. En caso de
infección, el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y evitar que la
persona se deshidrate. Si la persona también contrae una infección bacteriana
en los pulmones o en la piel, es probable que le receten antibióticos.
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